El Chino de Física o Química
aparece en mi cabeza o
en mi mesilla de noche.
Es una perturbación muy concreta.
Un personaje menor
de aquel tiempo pequeño
en un sofá o una silla de plástico.
Primero sonríe y luego
se resbala hacia la calle
que es un túnel profundo
dentro de mí mismo.
Un amigo común me contó
que le gustaba muchísimo la fiesta
y yo lo imagino
con su esperanza nueva
y su fama antigua, casi intacta.
Tramas muy en segundo plano.
Al fondo de las vidas que importaban
que siempre eran otras.
Yan, al fondo de todo,
como una máquina de vending,
haciendo un trabajo serio,
perfil bajo, amor subterráneo, nada.
Me vence el sueño.
Noventa minuti son molto longo.
Mañana será otro día.